Hay conexiones que no piden permiso,
te invaden, te atraviesan, te desnudan
pero no del cuerpo, desde el alma, así que
ya no haces el amor, eres amor...
La conexión con otra alma,
es un hilo invisible que ata las almas ,
el corazón y las muñecas de las manos,
una corriente eléctrica que penetra
la piel antes de tocar...
Es la mirada que sufre
por demasiado tiempo, ese silencio lleno
de presagio, distancia que vibra
como una promesa tácita...
Te acercas y no sabes si vas a besarla
o a disolverte en su respiración, los dedos
le están rascando la piel, pero es el alma
la que retiene, se estira, se abre...
Palabras que no necesitan, porque todo
es hablar, el ritmo del corazón que se acelera,
el aliento que se rompe, la piel que quema
incluso bajo una tela ligera...
Te acercas, la miras, y en ese preciso momento
usted entiende que el erotismo real no está
en posesión, sino contemplar lo que deseas
como si fuera sagrado...
Cada beso, es una invitación, cada caricia
es un encanto, y el momento en que tus labios
se pierden entre los suyos, ya no estás haciendo
el amor, estás disolviendo las líneas entre
tus mundos.
No se muere, cruzarla, ella ni siquiera te besa,
te absorbe, y es en ese precipicio, entre el cielo
y el infierno, por fin se aprende lo que significa
ser...
Jr arenivas
a un amor imposible...